Monumento en Nimlajacoc, Cobán 

 Una cruz inmensa en la cima más alta de la localidad fronteriza a la reserva de Lachuá, resguarda 96 nombres de víctimas del conflicto armado en Alta Verapaz. 

Monumento en Nimlajacoc, Cobán, Alta Verapaz

Por Alfonso Huet

Nimlajacoc es una comunidad q'eqchi' al norte del municipio de Cobán, cerca de la Franja Transversal del Norte. Allí se encuentra uno de los monumentos más grandes y antiguos de Alta Verapaz, con los nombres de 916 víctimas mortales del Conflicto Armado Interno.

En 1994, cuando el proyecto REMHI hizo sus primeras llamadas a la recuperación de la memoria, el equipo pastoral de la Iglesia Católica del vecino Salacuim, inició la recogida de testimonios de las múltiples víctimas de la región. Veintiocho comunidades se animaron y decidieron que la memoria de su gran sufrimiento no se podría perder. Recordaban cómo sus padres habían huido de las fincas de Cobán, Carchá y Chamelco y habían buscado nuevas tierras en las densas selvas del norte. Con enormes esfuerzos, a pura hacha, habían descombrado las partes más planas para sembrar. Sin embargo, cuando empezaron a ver los frutos, aparecían otros que reclamaban los terrenos y empezaba el nuevo despojo.


Niños identificando nombres de las víctimas. Foto: Lieselotte Viaene.

Al resistir y al tratar de legalizar sus 'baldíos' en el INTA, fueron acusados de ser “comunistas” y comenzó la persecución: primero secuestros de los líderes, luego masacres y quema de aldeas, después el refugio en la montaña, donde sobrevivieron con grandes penurias algunas familias dos años, otras tres o cuatro, y muchas hasta seis años. La guerrilla, que les había dado alguna protección y orientación al principio, en 1983 se retiró.

Todas las familias tenían sus víctimas mortales: por bala, por machete o por inanición y enfermedades en la selva. En la comunidad vecina de La Laguna había un refugio especial para los enfermos, niños y adultos. Al ser descubierto por el Ejército y los patrulleros todos los enfermos fueron asesinados a puñal. Ya agotadas por la difícil sobrevivencia en la montaña, las familias sobrevivientes se entregaron o fueron capturadas y encerradas, por miles, en los campamentos del Ejército en las fincas El Rosario, La Esperanza y Las Conchas.

Después de unos años de reeducación ideológica, las autoridades las querrían mandar a Ixcán para ocupar los terrenos abandonados por los cooperativistas que se refugiaron en México. Sin embargo, los comunitarios no querrían nuevos conflictos y lograron regresar a sus antiguas aldeas o construyeron nuevas comunidades.

En plena labor por iniciar una nueva vida, los ancianos, que sentían la gran necesidad de no olvidar ni su memoria ni a sus difuntos, recibieron mensajes en sueños y decidieron construir un monumento en forma de una cruz blanca en la cumbre más alta. En este cerro yacen también los restos de más de una veintena de comunitarios, entre hombres, mujeres y niños, víctimas de una de las múltiples masacres en la región. Una vez acordada entre las diferentes comunidades la construcción del monumento, el cooperante Bernardo Dumoulin consiguió unos fondos para comprar cemento y hierro, y todos se pusieron a trabajar.

La inauguración en noviembre 1995 fue algo grandioso: centenares de familias q'eqchi' se juntaron, venían en grupos organizados por comunidades, llevando cruces con los nombres de sus familiares fallecidos.


Anciando hace una ofrenda ante el monumento. Foto: Lieselotte Viaene

Se hizo un gran watesiink, la ceremonia q'eqchi' para 'alimentar' las columnas y materiales que debían de sostener el monumento, untándolos con sangre de gallina, cacao y boj, abundando además el copalpom y las candelas. El día después de la comida comunitaria se les dio la palabra a los representantes de las diferentes comunidades, quienes destacaron que este monumento constituía una manifestación de la verdad, que negaba las mentiras y borraba los intentos de silenciar, negar u olvidar la violencia y el sufrimiento padecido. Al final se realizó la gran ofrenda llamada mayejak en honor a sus queridos difuntos.

Toda la conmemoración fue tan impactante que se publicó en primera plana de uno de los principales periódicos, que había enviado reporteros. Es de resaltar que en aquel momento aún no llegaba ninguna carretera a Nimlajacoc, por lo cual todo el material de construcción y todos los insumos de la fiesta tenían que ser transportados a mecapal, a través de grandes lodazales propios de la selva pluvial.    

A la par de la cruz y las columnas con los nombres de las víctimas grabados en placas de mármol verde oscuro, se construyó una gran ermita, con pinturas murales referentes a los horrores del conflicto armado. En la comunidad abajo se fundó también un pequeño museo comunitario. En 2015 se aumentó el listado con 62 nombres nuevos por petición de otras familias y comunidades. Cabe resaltar que allí están juntas todas las víctimas, la gran mayoría eliminada por las Fuerzas Armadas del Estado, pero también las personas asesinadas por la guerrilla y sus aliados.

En la vecina comunidad de Rocja Pasacuc se realizó en 1996 la inhumación de 94 cadáveres de víctimas de la masacre de San José Río Negro, reportada por la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH) como un caso típico de 'masacre indiscriminada sobre población residente' con violaciones sexuales contra las mujeres (CEH, Guatemala, Memoria del Silencio, Tomo VIII, caso 9001, p. 61). A unos ocho kilómetros, a la orilla del Rio Negro, cerca de Xalalá, donde se pretende construir otra hidroeléctrica, está la comunidad Copal AA, de población retornada del refugio de México.

En el Sitio de Memoria de Nimlajacoc se organizan con regularidad actividades conmemorativas con participación de representantes comunitarios, como el día del 'Q'e Saant' al inicio del mes de noviembre; el 25 de febrero, Día Nacional de la Dignificación de las Víctimas; la Semana Santa y en otros momentos elegidos por las comunidades.

Para llegar se deben de recorrer 86 km desde Cobán hasta Nimlajacoc, tomando la ruta a Chisec y en el lugar llamado Cubilhuitz, cerca de la aldea Balbatzuul, a unos 38 km de la cabecera de Alta Verapaz, se abandona la ruta asfaltada para entrar en una carretera de terracería, a mano izquierda. Después de unos 20 km, se cruza el río Canguinic sobre un puente de concreto. Se sigue la carretera, pasando por las comunidades y fincas Corrosal, Sesajab, Las Conchas, Chinajacoc hasta llegar a Nimlajacoc. Desde lejos se destaca la cruz blanca sobre la montaña más alta de la región.

Más información sobre la guerra en la región de Nimlajacoc y sobre el sitio de memoria:

- Saqb'ichil-Copmagua, 1999, Oxloq'il B'aanuheem. Xch'ool li xyu'am na'leb' ut xchaq'rab' aj Q'eqchi'. Nimlaha'kok, Kob'an, Alta Verapaz, Guatemala
- Comisión para el Esclarecimiento Histórico, 1999, Guatemala. Memoria del Silencio. Sobre todo Tomo VIII, Casos presentados, Guatemala.
- Flores Carlos Y, 2001, Bajo la Cruz, Textos Ak' Kutan no. 21, Cobán A.V., Guatemala. Existe también un video, con el mismo nombre, sobre la inauguración del monumento.
- Huet Alfonso, 2008, Nos salvó la Sagrada Selva. La memoria de Veinte Comunidades Q'eqchi'es que sobreviveron al Genocidio, Cobán, A.V., Guatemala.
- Viaene Lieselotte, 2015, Voces desde las sombras. El dolor nunca saldrá de nuestros corazones, Textos Ak' Kutan no. 41, Cobán, A.V., Guatemala.

 

Este trabajo fue finalista de la categoría "periodismo de investigación" del concurso Tejer Memoria, realizado en 2017 con el apoyo de PlazaPública y DW Akademie

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