Tumbas donde descansan las víctimas de Cocop
En 1981, 77 personas fueron asesinadas por elementos de las fuerzas armadas, las cuales se disfrazaron de guerrilleros.
Tumbas donde descansan las víctimas de Cocop
Por Erwin Rolando Melgar Valenzuela
La aldea Q’ooq’ob’, de nombre castellanizado Cocop o Cocob, se ubica en la región Ixil, a escasos ocho kilómetros al este de la cabecera municipal de Santa María Nebaj, en el departamento de Quiché. Según la tradición oral, los primeros habitantes de esta comunidad procedían de la cabecera municipal. Eran campesinos de escasos recursos, que llegaron a mediados del siglo pasado, en busca de tierras para sembrar. Debido a la abundancia de chilacayotes, llamaron al sitio Q’ooq’ob’, que en idioma Ixil significa “lugar de chilacayotes”. Conforme creció el número de familias, constituyeron un caserío que al inicio formó parte de la aldea Pexlá, años más tarde alcanzó la categoría de aldea.
Los habitantes de Cocop vivían dispersos en sus parcelas, y solo se concentraban en el centro de la aldea cuando era necesaria una reunión comunitaria para tomar decisiones o durante las festividades. Las familias sobrevivían de los cultivos para el autoconsumo y complementaban sus ingresos con trabajo temporal en las fincas de la Costa Sur y haciendas cafetaleras de la región.
Tumba de Miguel Matom Brito, una de las 77 víctimas de la masacre de Cocop, el 16 de abril de 1981. Foto: Erwin Melgar.
Entre finales de los años 1970 e inicios de 1980, aparecieron en la aldea volantes con propaganda guerrillera. Los panfletos llamaban a la organización de las comunidades para que se incorporaran a la lucha revolucionaria. El comisionado militar de Cocop trató de impedir que los pobladores leyeran los comunicados subversivos. Recogió los que pudo para llevarlos al destacamento militar de Nebaj, quizá esto motivó la muerte de este personaje, ejecutado tiempo después por presuntos guerrilleros. Fue la primera víctima fallecida de la aldea en el contexto del conflicto armado.
En 1981, durante el gobierno del general Romeo Lucas García, quizá por primera vez en su historia, Cocop fue noticia en los medios de comunicación. Los periódicos Prensa Libre del 20 de abril de ese año y El Gráfico del 21 del mismo mes, reprodujeron la versión oficial sobre un hecho violento ocurrido en la aldea. Según la Oficina de Relaciones Públicas del Ejército de Guatemala, “guerrilleros utilizaron como parapeto a miembros de la comunidad para atacar a un grupo de soldados, en el intercambio de disparos fallecieron varios civiles, así como miembros de la guerrilla y cinco militares”, la nota de prensa no consigna los nombres de los soldados fallecidos.
En relación con este suceso, un telegrama en archivos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), desclasificados por el National Security Archive (NSA, El Ejército de Guatemala: Lo que Revelan Los Archivos, documento 17), reproduce la información proporcionada por un presunto oficial del Ejército de Guatemala, informante de la CIA. Al inicio, el telegrama refiere una emboscada de la guerrilla a un convoy militar en la vecina aldea Río Azul, ocurrida el 15 abril de 1981. Vale la pena mencionar que, en la versión del Ejército sobre esta acción, reportan el fallecimiento de un oficial, cinco soldados y dieciocho guerrilleros (Prensa Libre 20/04/81 y El Gráfico 21/04/81). La muerte del oficial se corrobora en la Orden General para Oficiales del Ejército 13-81, de fecha 18 de junio de 1981; sin embargo, más allá de la versión oficial, no existe indicios que prueben el fallecimiento de 18 insurgentes en esa acción.
El telegrama de la CIA indica que, a raíz de la emboscada en Río Azul, una compañía reforzada de tropas paracaidistas entró a Cocop para investigar. Cuando los soldados estaban en la aldea, se reunieron varios pobladores quienes lanzaron piedras contra la tropa, mientras otras personas disparaban desde “numerosas casas”. Continúa el informe, la tropa repelió el ataque y abrió fuego contra los aldeanos, “Durante el enfrentamiento que siguió, muchos pobladores fueron muertos, al igual que varios guerrilleros del EGP”. Agrega el documento, en el “enfrentamiento” falleció un soldado y hubo varios heridos. “una vez asegurada la aldea”, al realizar un registro casa por casa, los militares localizaron armamento y propaganda subversiva. En las afueras de la aldea encontraron “hoyos de araña”, en uno de estos se encontraba una guerrillera que aniquiló a un soldado y luego ella también fue aniquilada.
El telegrama en cuestión justifica el actuar de la fuerza gubernamental, al considerar el hecho un “enfrentamiento” y argumentar un apoyo generalizado de los aldeanos hacia la guerrilla.
“Que la aldea estaba totalmente bajo el control del EGP y que parecía que la población local apoyaba plenamente a los guerrilleros. Durante el enfrentamiento era imposible distinguir entre los verdaderos guerrilleros y los civiles inocentes y, según [censurado], los soldados se vieron obligados a disparar contra cualquier cosa que se movía…”
Inhumación de las 48 osamentas de las víctimas de Cocop, en 2008. Foto: Erwin Melgar.
Años más tarde, tras la Firma de los Acuerdos de Paz, la Comisión para el Esclarecimiento Histórico en su informe Guatemala, Memoria del Silencio, refirió que los hechos ocurridos en Cocop como una masacre ejecutada por miembros del Ejército Nacional: “se sospecha que la ejecución se perpetró en represalia a un ataque de la guerrilla” (CEH, caso 3040).
A partir de año 2000 se han recopilado relatos de los sobrevivientes en relación con este hecho. Los datos de los pobladores contradicen las informaciones oficiales de que las víctimas fallecieron en medio de fuego cruzado. Según la versión testimonial, el 16 de abril de 1981 ̶ era Jueves Santo ̶ los pobladores de Cocop se encontraban en sus viviendas preparando alimentos, para conmemorar al día siguiente la muerte de Jesucristo. Ese día, miembros del Ejército Nacional vestidos con uniforme de camuflaje y algunas personas civiles salieron del destacamento militar de San Juan Cotzal y se detuvieron un momento en la aldea Pexlá, para consumir bebidas alcohólicas. Luego continuaron hacía Cocop, a donde llegaron aproximadamente a la cinco de la tarde, mientras caía un fuerte aguacero.
En Cocop, la tropa dividida en varios grupos, ingresó con violencia a las humildes moradas ubicadas en el sector sur de la aldea. Dentro de las viviendas, los militares ejecutaron a las personas que encontraban. Al escuchar los disparos, algunos pobladores, la mayor parte de ellos hombres, salieron de sus casas para buscar refugio en áreas cubiertas con vegetación. Suponían que los agresores quizá venían por ellos y no atacarían a mujeres y niños.
Concluida la matanza, los militares se retiraron en dirección a la aldea Río Azul, para luego regresar a su destacamento en Cotzal. Durante esta acción los agresores quemaron cinco viviendas y mataron animales domésticos. Cuando los militares se retiraron, algunos sobrevivientes trataron de auxiliar a familiares y vecinos, mientras otro grupo se dirigió a Nebaj para informar del hecho a las autoridades locales.
Al día siguiente, llegó a Cocop el juez de paz de Nebaj con personas de las aldeas Pulay, Río Azul, Pexlá Grande y Xemamatze, convocadas por la Alcaldía. Ese mismo día, 17 de abril, las autoridades judiciales decidieron enterrar a los fallecidos en la aldea, ordenaron excavar fosas en un terreno propiedad del señor Pedro Matom.
En este suceso fallecieron por lo menos 77 personas, 20 eran mujeres adultas, 10 hombres adultos, 28 niñas y 19 niños; 38 de los menores fallecidos tenían entre un mes a 12 años de edad, incluidos cinco bebés menores de un año. Según testimonios de los sobrevivientes, por lo menos 53 de las víctimas fallecieron por herida de bala. Además, 17 personas fueron quemadas, a seis de estas primero las ejecutaron con arma de fuego y luego las quemaron, mientras que al resto las quemaron vivas. Otros murieron a golpes, machete, chuchillo o por asfixia.
Ceremonia en Cocop, en conmemoración de las víctimas de la masacre del 16 de abril de 1981. Foto: Erwin Melgar.
En el año 2005, antropólogos forenses del Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas (CAFCA) realizaron la exhumación de víctimas fallecidas en la masacre de Cocop. Localizaron seis fosas colectivas y dos individuales. Recuperaron los restos de 48 personas, la mayoría de niños. También encontraron restos de personas quemadas.
Debido a retrasos ocasionados por el incumplimiento de compromisos asumidos por funcionarios, la inhumación de los restos localizados en Cocop se realizó hasta el año 2008. El 10 de junio de ese año, 48 féretros recorrieron en caravana las calles de la cabecera municipal de Nebaj. El cortejo, amenizado con música de chirimía, tambor, violín y guitarra, llegó hasta la iglesia católica. Entre el humo del incienso y retumbes de bombas pirotécnicas, las familias participaron en una ceremonia maya y una actividad ecuménica, antes de trasladar a los difuntos hacia sus respectivas viviendas, para la velación familiar.
La mayor parte de víctimas fueron inhumadas en el cementerio de Cocop, otros quedaron en Nebaj, Río Azul, Pexlá y Xemamatzé.
Este trabajo fue el ganador de la categoría de "periodismo comunitario" del concurso Tejer Memoria, realizado en 2017 con el apoyo de PlazaPública y DW Akademie